¿Qué tienen los programas de mini casas para haberse convertido en la sorpresa del año? Con audiencias de más de medio millón de personas, los tres programas sobre viviendas mini emitidos por la cadena Divinity son el espacio más visto del fin de semana.
Casas de reducido tamaño, que en la mayor parte de los casos no llegan a los 30 metros cuadrados y con frecuencia construidas sobre ruedas atraen en Estados Unidos a todo tipo de personas con un poder adquisitivo relativamente alto. Su potencial para personalizar el diseño, el aspecto exterior y el interiorismo o la posibilidad de construirlas con materiales reciclados, con sistemas energéticamente muy eficientes que buscan una autonomía casi total se unen al atractivo de disponer de una vivienda permanente sin atarse a una hipoteca, pudiendo emplear este dinero en viajar o en tener más tiempo libre.
El fiebre de las “Tiny houses” arrancó en USA en 2008, el año en que la arquitecta Sarah Susanka publica Not So Big Huse, el primero de sus siete libros sobre cómo diseñar, construir y aprovechar al máximo todo el potencial de estas viviendas mínimas.
Desde entonces el fenómeno no ha dejado de crecer y en la actualizad hay un buen número de empresas especializadas en crear estos espacios de entre 15 y 50 metros cuadrados que enamoran a parejas de jóvenes profesionales, padres divorciados, jubilados o familias por igual.
En España la idea no cuajó en sus inicios: aunque hubo un primer intento de importar la idea de las mini casas prefabricadas de madera ya en el año 2005, poca gente se animó pensando que no serían duraderas. Tres años después se aprobó una ley que incluía la propuesta de construir pisos de protección oficial de 30 metros cuadrados, una ley que despertó una fuerte polémica ya que se asociaba estas mini viviendas a la precariedad laboral de los mileuristas.
La situación parece estar cambiando y las casas mini ganan adeptos, aunque de momento sólo como segunda vivienda para uso recreativo en vacaciones o fines de semana, no como residencia permanente.